diumenge, 9 de setembre del 2018
Cuando pensar y descansar se hacen compatibles.
. Recién finalizado el verano y a las puertas de un nuevo curso escolar, quisiera compartir con todos vosotros unas pequeñas reflexiones sobre un clásico de este período de descanso anual: las lecturas de verano. Y abrir hilo (expresión muy tuitera) de las ideas y sanas provocaciones que me ha suscitado la lectura estival del libro de Steven Pinker, En defensa de la Ilustración.
Antes de entrar en materia, quisiera hacer una justa mención a un par de libros previos sin los cuales esta última lectura me hubiera parecido muy distinta y mucho menos provocadora: Sapiens y Homo Deus, de Yuval Noah Harari, profesor de la Universidad Hebrea de Jerusalén.
Tal vez muchos de vosotros habéis leído u oído hablar de estos dos Best Sellers de ensayo que nos hacen una brillante exposición de lo que la ciencia sabe hoy en día de nuestros orígenes y evolución como especie (Sapiens) y hacia dónde presumiblemente vamos en esta cada vez más acelerada existencia (Homo Deus).
Yuval Noah expone una visión racional (apoyada en la razón) del mundo y de nosotros mismos, recalcando que todo lo creado por el hombre, incluida la misma religión, obedece a una estrategia evolutiva para favorecer la colaboración y garantizar así la continuidad de nuestros genes. De ahí que para él sea muy fácil entender un mundo donde la política y la economía se comportan como auténticas religiones del día a día.
Por si alguien pudiera estar interesado en la lectura de estas obras maestras, no desvelaré cómo el autor hilvana las ideas para sentenciar un futuro donde un Homo Deus quedará cosificado bajo las directrices de un algoritmo (muy interesante su idea de que somos un algoritmo) que se alimenta del Big Data. Porque, según él, trabajamos bajo la obsesión biológica de acabar con los cuatro jinetes del apocalipsis: la muerte (siempre eternos y jóvenes), la enfermedad, el hambre y la guerra.
No cuento más por si alguien no los ha leído y se anima a ello. A mí se me pusieron los pelos de punta hacia el final de libro. Si os pasa lo mismo, seguro que os preguntéis si merece la pena el precio a pagar (¿nuestra libertad?).
Frente a la visión apocalíptica de Yuval Noah, tuve la suerte de escoger para este año el libro En defensa de La Ilustración. En él Steven Pinker adopta un toque abiertamente optimista que echaba de menos en los libros de Yuval; augura un futuro mejor para todos, sí o sí. En palabras del propio autor, es “una defensa a la razón, la ciencia, el humanismo y el progreso”, una apuesta por una humanidad que sabrá salir victoriosa del irreversible caos y complejidad exponencial del mundo que nos ha tocado vivir. Sus múltiples y actualizados datos apuntalan la permanente idea de que la humanidad siempre ha ido a mejor desde el origen de los tiempos; que esta mejora no es lineal, sino exponencial; que tiempos pasados nunca fueron mejores. Sin duda, todo un misil en la línea de flotación de cualquier pesimista.
Ha sido este último libro y sus apabullantes datos objetivos que comento el que me ha animado a compartir estas palabras con todos vosotros y me ha hecho recordar que descansar y pensar son compatibles y que después de ello tenemos que dar el siguiente paso y actuar para dejar de ser meros espectadores-evaluadores y pasar a ser actores partícipes de lo que sucede a nuestro alrededor.
Feliz y productivo curso 2018-2019.
PD Si alguien ha leído alguno de los tres libros citados y tiene algún comentario, será un placer compartir pensamientos, opiniones, discrepancias… En definitiva, pensar juntos.
Santi Navarro
Profesor Cicles Pàlcam
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